A veces propongo en los talleres el siguiente ejercicio:
Mira a tu alrededor y escribe una lista de cosas que ves.
La propuesta tiene varias funciones. La primera es que te obliga a escribir algo, lo que sea, y como eso no siempre es fácil, hacer listas resulta un ejercicio muy recomendable que suele dar buenos resultados.
La segunda función es que se trabaja el punto de vista. De esta manera, cuando los participantes en el juego ponen en común sus listas, el resto se sorprende al comprobar que pese a estar en el mismo sitio (aunque lo que ocurre es que solo están en la misma estancia) no han visto las mismas cosas ni de la misma manera. Cada punto de vista construye una historia diferente.
Bien. Pues este ejercicio tiene variantes. Una de ellas es plantear la propuesta añadiendo una nueva premisa:
Mira a tu alrededor y haz una lista de cosas que sabes que están pero que no pueden verse.
Ahí está la literatura.